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Vivimos sobreestimulados.
Mensajes, pantallas, deadlines, notificaciones... todo compite por tu atención.
Y mientras el mundo te exige más enfoque, tu mente se siente más nublada, más lenta, más “fuera de sintonía”.
La ciencia ha empezado a descifrar una de las causas silenciosas detrás de esa niebla mental que tantos experimentan: el estrés oxidativo cerebral.
Y ahí entra un protagonista del que pocos hablan, pero que lo cambia todo: el glutatión.